30 de Septiembre: Día Internacional de la Traducción

30 de Septiembre: Día Internacional de la Traducción
Septiembre 30, 2017 | Por – Rafael J. Rey

 

Jeronimo-de-Estridon

Jeronimo-de-EstridonEl Día Internacional de la Traducción se celebra cada año el 30 de septiembre para difundir conciencia acerca la profesión de traductor que ha sido fundamental en las comunicaciones entre las culturas.

La traducción es una actividad que consiste en comprender el significado de un texto en un idioma para pasarlo a otro idioma equivalente al texto original. La traducción debe de hacerse con el significado general y no palabra a palabra.

La fecha conmemora el fallecimiento de Jerónimo de Estridón o San Jerónimo, el teólogo e historiador quien es mejor conocido por su traducción de la Biblia al latín en el año 383 d.C.. También se le reconoce como el patrono de los traductores.

El Día Internacional de la Traducción fue creada en 1953 y luego fue promovida por la Federación Internacional de Traductores (FIT) en el año 1191 para mostrar la solidaridad de la comunidad de traductores e promover la profesión en los diferentes países del mundo.

En esta fecha se realizan actividades para dar conocer esta profesión e honran aquellas personas cuyos esfuerzos aseguran que gran cantidad de información pueda llegar a todas las personas en su idioma.

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Google Traductor, 7 traducciones estúpidas para dejar de confiar en él

¡De cuántos apuros nos ha sacado el Traductor de Google! Por si hay algún despistado en la sala, Google cuenta con uno de los traductores más utilizados en todo el mundo, que funciona con una infinidad de idiomas y nos permite, a su vez, reproducir el texto traducido para saber cómo se pronuncia. Sin embargo, no todo lo que hace Google es perfecto, y es que Google Translator comete algunos fallos bastante graciosos de vez en cuando.

Esto suele pasar cuando traducimos alguna palabra a un idioma o dialecto raro, aunque no siempre es así. En este artículo hemos querido hacer una recopilación de algunas de las traducciones más curiosas que Google Translator es capaz de hacer. Por supuesto, os diremos cómo hacerlas para que se las podáis enseñar a vuestros amigos. ¿Estáis listos? Pues empezamos.

“Justin Bieber es gay”

Justin bieber es gay

Empezamos fuerte. No es la primera vez que Google tiene problemas con los fans de Justin Bieber por esta traducción. Una de las posibles interpretaciones de “gay” es “feliz”, y Google interpretaba que ese era el mejor resultado. Para solucionar este tipo de cosas, Google permite valorar las traducciones para asegurarse de que son fieles, y la comunidad de fans de Justin se encargaron de que eso no volviese a salir nunca más.

Shakira = maniática

Seguimos con el mundo de la música, y es que Shakira también ha recibido su dosis de trolleo por parte de Google Translator. Hace un par de meses, el Traductor de Google nos decía que Shakira significaba “maniática” si se traducía del inglés al corso, un dialecto propio de Córcega y del norte de Cerdeña. De la misma forma, los fans se encargaron de corregir el error.

La famosa Feria del Clítoris

Feria del Clítoris Google translator

Google parece que también es bastante graciosillo. En Galicia se hace una feria todos los meses de febrero en el que se dan premios a los mejores grelos (una verdura propia de la dieta de As Pontes, un municipio de la localidad). El traductor de Google interpretó “grelos” como “clítoris” –no hace falta que explique qué es esto–. Literalmente, la traducción decía: “El clítoris es uno de los productos típicos de la cocina gallega. Desde 1981… el festival ha hecho del clítoris uno de los productos estrella de la gastronomía local“.

¡äääääääääääääää, te elijo a ti!

“äääääääääääääää” no significa absolutamente nada en ningún idioma del mundo. Sin embargo, el traductor de Google entiende que “äääääääääääääää” significa “pokemon” en español. Porque sí. A diferencia de los tres anteriores, este sí podéis probarlo por vosotros mismos.

Aroma romano

A Roma google translator

Si yo os digo “Aroma”, seguro que lo primero que se os viene a la cabeza es algo relacionado con colonia o perfume, ¿verdad? Pues a Google no. Cuando buscas la traducción del inglés al español de “Aroma”, Google entiende “A Roma” en lugar de “Fragance”. Así que nada, todos a Roma comer pizzas.

El coche que no arranca

No voy a enrollarme mucho con este, porque es mejor que juzguéis por vosotros mismos. Simplemente escribe “vvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvv” (sin las comillas) en el traductor de Google y tradúcelo del inglés al serbio.

Beatbox en Google Translator

Este seguro que más de uno lo conoce. Simplemente pega “pv zk pv pv zk pv zk kz zk pv pv pv zk pv zk zk pzk pzk pvzkpkzvpvzk kkkkkk bsc” sin las comillas en Google Translator y traduce del español al alemán. Disfruta de de tu sesión privada de beatbox.

Estos son algunas de las traducciones más divertidas que podemos hacer con el traductor de Google. Si se os ocurre alguna otra, os invito a que la dejéis en los comentarios para que podamos probarlas y echarnos unas risas.

 

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Traducciones juradas y traducciones jurídicas, ¿en qué se diferencian?

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Una de las confusiones más habituales en el ámbito de las traducciones es la existente entre las traducciones juradas y las traducciones jurídicas, confusión que viene dada por su similitud lingüística. Lo cierto es que por mucho que se parezcan ambos términos, las traducciones juradas y jurídicas son conceptos totalmente distintos.

Las traducciones jurídicas son traducciones especializadas y específicas del campo del derecho y la legalidad, por lo que el traductor jurado que lleve a cabo este tipo de traducciones ha de contar con una formación específica, ya que debe conocer no solo la terminología, sino también las peculiaridades del sistema jurídico plasmado en el documento original así como del sistema legal de la lengua de destino.

Por norma general, estos documentos han sido redactados por profesionales del derecho y suelen requerirla en notarías para completar procesos legales como contratos, convenios, citaciones o denuncias.

Las traducciones juradas, sin embargo, no tienen por qué estar relacionadas con el ámbito legal: lo que caracteriza a la traducción jurada es su carácter oficial, otorgado por el propio traductor jurado al plasmar su firma y sello. Con este acto el traductor da fe de que la traducción corresponde fielmente al documento original y por tanto, tendrá validez legal ante cualquier administración u organismo oficial.

Cualquier documento, por tanto, puede ser objeto de una traducción jurada, si bien es cierto que en numerosas ocasiones son precisamente los documentos legales los que requieren la traducción.

Los traductores jurados han de pasar un examen público que les certifique como aptos para poder realizar traducciones juradas en el idioma en el que se examinan, y es el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) el que otorga el certificado, ya que el traductor jurado responderá de las responsabilidades derivadas de la traducción.

Algunas agencias de traducción poseen la capacidad de realizar ambos tipos de traducciones, tanto juradas como jurídicas. No obstante, requieren atenciones distintas y es importante tener clara la diferencia antes de contactar con una agencia de traducción.

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Libro Blanco de los Derechos de Autor de las traducciones en el ámbito digital

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El secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, ha presentado en el salón de actos de la Biblioteca Nacional de España el Libro Blanco de los Derechos de Autor de las Traducciones de libro en el ámbito digital, elaborado por la Asociación Colegial de Escritores (ACE Traductores) y que cuenta con la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Esta nueva obra está compuesta por una serie de artículos redactados por reconocidas personalidades ligadas al mundo editorial así como por un estudio con estadísticas que acercan al público la realidad del sector de la traducción en nuestro país. Este Libro Blanco es una prolongación del Libro Blanco de la traducción editorial en España que ACE Traductores elaboró en 2010.

A través de estos artículos y estudios se analiza de manera crítica la situación en que se encuentran los traductores en nuestro país y la manera en la que les han afectado las nuevas tecnologías y el cambio del modelo de negocio editorial ocasionado por la revolución digital.

El objetivo de este Libro Blanco es profundizar en la realidad en que vive el sector de la traducción en nuestro país y poner en valor el trabajo de los traductores no como transcriptores, sino como auténticos creadores.

La obra está disponible en la siguiente dirección:
http://es.calameo.com/read/0005948253b046928c91c

 

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Las 10 traducciones más raras de títulos de películas

Títulos como ‘Grease’, ‘Free Willy’ o ‘Lost in translation’ han visto cómo los traductores hicieron de las suyas al pasar sus títulos a sus idiomas.1. Grease

 

Es posible que os haya pasado estar hablando con un extranjero de una película y no saber a cuál se está refiriendo hasta que comentáis los títulos y os echáis unas risas culpando a los que traducen películas.

Qué duro debe ser ese momento de todo profesional de la traducción cuando se enfrenta al temido título de la película y no sabe si es mejor dejarlo como está o atreverse a dar una versión del mismo, por miedo a posibles represalias.

Seguro que se trata de estrategias de marketing y publicidad pero nunca habrá una explicación coherente que nos convenza del porqué del título de algunas películas.

Para estos casos podríamos hacer uso del refranero español y aplicar el ‘virgencita que me quede como estoy’.

1. ‘Grease’

Con lo fácil que era dejar el título como estaba, pero no, en Latinoamérica le dieron un giro más picantón poniéndole ‘Vaselina‘ a la película de John Travolta y Olivia Newton John.

2. ‘Free Willy’

O ‘Una ballena muy poderosa corre al cielo’ según los chinos. Siempre tan profundos y metafóricos estos asiáticos. En España lo hicimos bien y le pusimos ‘Liberad a Willy’.

3. ‘Pineapple express’

Normal que no te suene. Prueba con ‘Superfumados‘, la versión española.

4. ‘There’s something about Mary’

Atención a la traducción que le dieron en Tailandia a la película más conocida de Cameron Díaz. ‘Mi amor verdadero soportará cualquier situación indignante‘. En España no nos quisismos liar mucho y la llamamos ‘Algo pasa con Mary’.

5.’Alien’

En nuestro país quisimos darle una breve descripción a la película por si con ‘Alien’ a secas no bastaba y la llamamos ‘Alien, el octavo pasajero‘. Pero lo de Hungría, más que breve descripción quisieron darle un toque enigmático y la llamaron ‘El octavo pasajero es la muerte‘. Perturbador, desde luego.

6. ‘Leaving Las Vegas’

Para directos los japoneses poniendo títulos: ‘Estoy borracho y tú eres una prostituta‘. Nosotros no nos mojamos y lo dejamos tal cual.

7. ‘Sixth sense’ o ‘El sexto sentido’

El spoiler que hace China con su título no tiene perdón: ‘¡Es un fantasma!’, titulan.

8. ‘Lost in translation’

Con ‘Perdido en Tokio‘ no sabemos si en Latinoamérica quisieron ironizar con el juego de palabras.

9. ‘Harold & Kumar go to White castle’

Traducido tal cual no tiene mucho tirón, debieron pensar los traductores españoles, que quisieron hacer una rima: ‘Dos colgaos muy fumaos‘. Lo de poner que están fumados en los títulos nos gusta.

10. ‘George of the jungle’

George de la jungla‘ para los españoles. Para terminar no podíamos dejar pasar otra brillante traducción de los chinos. ‘El gran hombre mono idiota se va dando en los genitales con los árboles’.

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Las letras de los invisibles

Los traductores Maialen Marin Lacarta, Xabier Olarra y Gerardo Markuleta reflexionan sobre la libertad a la hora de enfrentarse a una obra, la posibilidad de dejar huella y la responsabilidad de ser la voz de un gran literato.

 

Detrás de cada libro escrito en lengua extranjera, hay un ser invisible; un alma que vaga entre líneas con creatividad en los bolsillos, que hace malabares con las palabras, que baila al ritmo que marca la página, que coquetea con los efectos extraños de una lengua forastera, para hacer accesible en un idioma conocido lo que en primera instancia se antojaba inalcanzable.

Los invisibles, los que no suelen ser recordados, consiguen que los lectores fantaseen con la idea de que un día leyeron al autor que llegó a la cúspide del realismo ruso. Y lo hicieron, pero a través de la peripecia del lenguaje que demostraron y del trabajo atento que hicieron los traductores, los que siempre han permanecido en la sombra.

Gerardo Markuleta, Maialen Marin Lacarta y Xabier Olarra, encargados de convertir esos textos literarios escritos en lengua extranjera -como el inglés, francés o chino- en euskera y castellano, salen de ella para hablar sobre su oficio y todos los debates suspendidos alrededor.

A la hora de enfrentarse a una traducción, siempre se intenta conseguir un equilibrio entre la fidelidad al texto original y la aportación del traductor para que el lector pueda entenderla y disfrutarla. “Un traductor ha de ser atrevido pero lo suficientemente inteligente como para no convertir la obra original en otra cosa”, argumenta Olarra, al tiempo que explica que hay que partir del hecho de que todas las lenguas no tienen los mismos recursos para interpretar la realidad, así que es posible que los traductores utilicen otros que no haya utilizado el autor. “Pero se trata de acercarse lo más posible a la obra original”, añade.

Markuleta opina que “hay que ser atrevidos pero solo en la medida en que lo exija la distancia que separa la lengua de origen y la de llegada”. Continúa diciendo que no se trata de que el texto traducido “suene bien” sino de que “suene parecido”. Marin Lacarta, conocedora del pulso que mantienen la traducción literal con una más libre, explica que cuanto mayor es la distancia entre las lenguas, más creativo hay que ser. En su caso, que traduce del chino, encuentra dificultades: “Si yo cogiera una frase china y la tradujera al castellano palabra por palabra, no entenderías lo que estoy diciendo”.

Olarra ahonda en la creatividad, y por ende, en la posibilidad de dejar una huella en el texto sobre el que trabajan: “Un traductor es un escritor en la medida que escribe un texto que es suyo. No obstante, la parte que tiene de creación es limitada”. Markuleta, por su parte, añade que hay indudablemente una parte creativa, ya que (re)escriben textos que no existían en la lengua de llegada. “Será inevitable que dejemos huella en el texto traducido, pero en cuestiones menores, por ejemplo, la elección de léxico entre sinónimos”, ejemplifica.

LA OBRA “FOSILIZADA” Una obra original es capaz de perdurar en el tiempo, sin descuidar su esencia desde el instante en que fue creada. En cambio, las traducciones necesitan ser renovadas. Markuleta explica que el texto original queda “fosilizado”; envejece pero queda tal como lo publicó su autor. Sin embargo, los textos traducidos “se alejan del lector contemporáneo a mucha mayor velocidad que los originales, por eso se siguen haciendo nuevas traducciones, fundamentalmente de los clásicos”, aclara el traductor.

Xabier Olarra ha sido la voz en euskera de grandes maestros de la literatura como James Joyce, Raymond Queneau, William Faulkner o Ambrose Bierce. Ha traducido libros “muy enrevesados” como Ulysseso Ejercicios de estilo, pero son los que “más alegría te dan cuando terminas el trabajo”. En el caso de Markuleta, la complejidad no ha viajado al extranjero: “Sonará extraño, pero algunos de mis trabajos más difíciles han sido traducir al castellano algunos poemas muy conocidos de Bitoriano Gandiaga o hacer lo propio con unas viejas coplas de Xabier Amuriza que canta Mikel Urdangarin en su último disco”. Sin embargo, apunta que la traducción que casi acaba con él fue Molloy, de Samuel Beckett, y no por la dificultad de su francés, sino “por las trescientas páginas largas de prosa inerte y depresiva”.

Marin Lacarta traduce textos de obras literarias chinas tanto al euskera como al castellano. La responsabilidad debe ser mayor cuando cae en tus manos un texto de un premio Nobel. “Traduje a Mo Yan al euskera para Elkar y fue gratificante, no solo porque traduje a un Nobel, sino porque era lo primero que hacía al euskera y fue una maravilla”, cuenta. La dificultad con la que parte ella al traducir es la gran variedad de usos de la lengua china y los registros distintos que tiene: “Sobre todo es una lengua que exige muchos años de estudio y que es más difícil de dominar. Además de ser muy distinta al castellano”, asegura la traductora.

Otra de las trabas, según apunta, es el desconocimiento de la literatura china en el Estado, también por parte de las editoriales. “En este caso, los traductores desempeñamos un papel aún más importante porque si traduces del inglés los editores te contratan y te ofrecen encargos. En cambio del chino, me encuentro con la responsabilidad de tener que contactarlos y hacer propuestas porque sé que si no lo hago, esos libros no van a llegar a los lectores”, declara.

UN AUTOR, UNA VOZ Los tres protagonistas están de acuerdo en que es “conveniente” que un autor tenga una sola voz en la versión traducida, pero según dice Olarra, a veces eso “es imposible”. Marin Lacarta recalca que un traductor que ha traducido varias obras de un mismo autor y que conoce bien la obra tiene “cierto terreno ganado pero nadie te asegura que ese sea un buen traductor”. Además, ella cree que lo enriquecedor de las traducciones es que cada traductor va a ofrecer algo distinto. Markuleta es de la opinión de que hay casos en que la duradera colaboración entre autor y traductor ha dado “grandes frutos”, pero en el caso de los clásicos resulta imposible por el paso del tiempo: “Las obras de los clásicos no mueren, pero los traductores sí”.

Algunos dicen que es un trabajo poco reconocido. Sobre este tema, Markuleta opina: “Lo que los traductores piden no es un reconocimiento social con oropeles y alharacas, sino el reconocimiento de un trabajo intelectual bien hecho. Les bastaría con que los lectores conozcan y reconozcan a los buenos traductores y apoyen su difícil trabajo”.

Caminan con decisión por una vía ya trazada sabiendo que su huella terminará por ser invisible en esas páginas ajenas, pero convencidos de que el trabajo que hacen traduciendo literatura de cuna foránea llega a los lectores y de que estos, finalmente, serán conscientes de que siempre hay alguien que respira detrás de esas letras.

Fuente de la noticia

Rigoni Global Services S.L.

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