La traducción jurada (también llamada, según el país, traducción pública, traducción oficial o traducción certificada) es la traducción de documentos oficiales, realizada por un traductor también reconocido por una instancia oficial y llamado, por esa razón, perito traductor o traductor certificado o traductor jurado, entre otras denominaciones.

Por su parte, la interpretación jurada es la transferencia lingüística de tipo oral (interpretación), realizada habitualmente ante tribunales de justicia (interpretación judicial), de cuyo contenido se hace responsable el intérprete.

Este tipo de traducciones suelen ser necesarias por exigencia de determinadas autoridades (ministerios, juzgados, instituciones académicas). Las traducciones se convierten en juradas una vez han sido consignados el sello y la firma del traductor-intérprete jurado. Esto les confiere la cualidad de documentos oficiales con la misma validez legal que el original.

Esta característica la comparten con las traducciones judiciales, al igual que el hecho de que, en ambos casos, el objetivo y la responsabilidad del traductor es dar fe del contenido del texto original.

Sin embargo, la traducción jurada se distingue de la traducción judicial (realizada para los tribunales) porque puede realizarse en cualquier contexto, y de la jurídica (de textos relativos al derecho) en que el texto origen puede pertenecer a cualquier temática. De hecho, la traducción jurada se caracteriza tan solo por el formato específico con que se presenta. La entrega de una traducción jurada solo puede realizarse en papel, debido a que debe incluir la firma y el sello originales del traductor-intérprete jurado.

Rigoni Global Services S.L.

Contáctanos